martes, 18 de agosto de 2009

Dulce

¿Como sentirias si tu amada es encerrada bajo cuatro paredes?.
Paredes blancas, acorchadas, que me dan la confiensa que no la lastimaran, que solo la
abrasaran en esas noches frias, y le daran algo suave en que rebotar o asotar su hermoso cuerpo.

Cada vez que la veo, siento que no es ella. Su piel siempre fue blanca, pero esto era exagerado, las ojeras que tenia, me encantaban, pero esto ya no son ojeras, es su rostro, los labioos resecos, el contestar media ida, incluso no contestar. Llego con entusiasmo a contarle mi dia, logro sacarle sonrisas, y mas de ina inclinacion de cabesa, con ella bella y ternura mirada que tiene, diciendome abrasame y no me sueltes, llevame contigo, escondeme en tu ser.
luego de una hora, que para mi son solo 5 minutos, lloro descontroladamente, me cuesta respirar y mas de una vez me he desmayado a causa de ello. No como bien, y en casa falta luz.

hace unos dias no aguante mas, cuando me siento y con ancias la espero, alcanso a ver como un guardia la manosea, discretamente, mientras la empuja a que camine hacia la sala de visitas. Siempre quise creer que esas cosas enran mitos en esos lugares, pero verlo con mis propios ojos, me hirvio la sangre. Me pare con intension de matar al tipo, pero veo una sombra blanca correr a mis brasos y detenerme, me susurro al oido que lo dejara en paz, tuvo que tomarme del braso y sentarme. Entre susurros me explico, que hasta ahora soloo habia sido eso, pero que si hacia algun escandalo, pasarian a cosas mas graves, y que lo mas probable, que por esta reaccion mia, le tocara algo mas que unas manos en su cuerpo. Y por primera vez, desde que esta en ese lugar, la vi llorar, arrugaba su rostro, sollosaba a lo mas, pero ni un sonido mas, eso explicaria esas horrendas ojeras, y sus labios resecos y partidos como suelo de desierto.
Comensaba a jadear, transpirar y tener arcadas. En un segundo llegaron dos enfermeros, le dieron dos pildoras, y se la llevaron. Sus ojos asustados por las pildoras, me aterro.

Eran las 3 y gritos escalofriantes me despertaron de golpe. Gritos de mi niña, gritos q desgarraban la piel, mi piel.

No estaba deacuerdo con la corte, por la decision, pero debia seguir la ley. Ahora esto es personal.

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